Miguel Espigado on Nostr: Existe un lugar común de la conversación musical actual que dicta que ya no se ...
Existe un lugar común de la conversación musical actual que dicta que ya no se valora la "buena música", entendiendo por la buena música la sofisticación interpretativa y compositiva.
Es cierto, la música urbana ha devuelto el pop a una simplicidad proverbial, donde lo más importante es el performance del vocalista.
Pero, en verdad, esa simplicidad es anterior a la sofisticación.
La música folk nace de la extrema pobreza de medios y era muy básica en todo. Piensa en un delta blues o el cante jondo que tenía por toda instrumentación un puño golpeando una mesa.
Es a lo largo del siglo XX, cuando los músicos de educación clásica entran en contacto con el folk, cuando este empieza a volverse más y más sofisticado y deriva en todos esos géneros de jazz y pop que conocemos.
Así que a la música urbana, como poco, se le puede conceder el mérito de haber devuelto la música popular a su raíz más básica y desposeída de medios (musicales, interpretativos, compositivos).
A los hijos del rock progresivo y del rythm and blues y las grandes producciones pop hay que recordarles que la sofisticación solo ha sido el episodio más capitalista de la música popular, ese que escaló en producciones más y más complejas para competir en un mercado.
Es cierto, la música urbana ha devuelto el pop a una simplicidad proverbial, donde lo más importante es el performance del vocalista.
Pero, en verdad, esa simplicidad es anterior a la sofisticación.
La música folk nace de la extrema pobreza de medios y era muy básica en todo. Piensa en un delta blues o el cante jondo que tenía por toda instrumentación un puño golpeando una mesa.
Es a lo largo del siglo XX, cuando los músicos de educación clásica entran en contacto con el folk, cuando este empieza a volverse más y más sofisticado y deriva en todos esos géneros de jazz y pop que conocemos.
Así que a la música urbana, como poco, se le puede conceder el mérito de haber devuelto la música popular a su raíz más básica y desposeída de medios (musicales, interpretativos, compositivos).
A los hijos del rock progresivo y del rythm and blues y las grandes producciones pop hay que recordarles que la sofisticación solo ha sido el episodio más capitalista de la música popular, ese que escaló en producciones más y más complejas para competir en un mercado.