Miguel Espigado on Nostr: Ayer alguien ponía en duda por aquí que se pudiera aplicar el concepto de ...
Ayer alguien ponía en duda por aquí que se pudiera aplicar el concepto de “conservadurismo” a épocas pasadas.
En verdad, yo creo que el conservadurismo se viene pareciendo bastante en los últimos siglos.
Frente a la secularización de la sociedad, el conservadurismo reivindica a Dios y el sistema social y jerárquico que deriva de las “leyes divinas”.
Frente a la racionalidad científica, se hace fuerte en las creencias subjetivas y en pasiones colectivas.
Frente a la globalización y la multiculturalidad, se reconcentra en reivindicar el aislamiento y la prioridad de un único territorio y una única culturas dominantes.
Frente a la distribución de poder, busca la máxima concentración de poder en líderes e instituciones absolutistas.
Frente a la igualdad social, reivindica las viejas diferencias de las clases/estamentos tradicionalmente dominantes.
Y casi siempre resurge con mayor fuerza como reacción a épocas que están exigiendo un gran esfuerzo de adaptación debido a grandes cambios globalizadores y liberales.
Estos grandes cambios a los que aludo no son de izquierdas necesariamente, sino liberales en el mejor y peor de los sentidos. Son los cambios que suelen identificarse con el concepto “progreso”.
El conservadurismo casi siempre supone un retraso del “progreso”, pero casi nunca logra detenerlo, y este sigue su curso de forma más tortuosa hasta que las fuerzas "progresistas" recuperan el control y lo aceleran de nuevo en lo social y lo cultural.
Todo esto creo que es aplicable al ascenso de la ultraderecha en el siglo XXI, así como al fascismo de principios del XX, o al absolutismo español del XIX, o a la contrarreforma religiosa de los siglos XVI y XXVII.
En verdad, yo creo que el conservadurismo se viene pareciendo bastante en los últimos siglos.
Frente a la secularización de la sociedad, el conservadurismo reivindica a Dios y el sistema social y jerárquico que deriva de las “leyes divinas”.
Frente a la racionalidad científica, se hace fuerte en las creencias subjetivas y en pasiones colectivas.
Frente a la globalización y la multiculturalidad, se reconcentra en reivindicar el aislamiento y la prioridad de un único territorio y una única culturas dominantes.
Frente a la distribución de poder, busca la máxima concentración de poder en líderes e instituciones absolutistas.
Frente a la igualdad social, reivindica las viejas diferencias de las clases/estamentos tradicionalmente dominantes.
Y casi siempre resurge con mayor fuerza como reacción a épocas que están exigiendo un gran esfuerzo de adaptación debido a grandes cambios globalizadores y liberales.
Estos grandes cambios a los que aludo no son de izquierdas necesariamente, sino liberales en el mejor y peor de los sentidos. Son los cambios que suelen identificarse con el concepto “progreso”.
El conservadurismo casi siempre supone un retraso del “progreso”, pero casi nunca logra detenerlo, y este sigue su curso de forma más tortuosa hasta que las fuerzas "progresistas" recuperan el control y lo aceleran de nuevo en lo social y lo cultural.
Todo esto creo que es aplicable al ascenso de la ultraderecha en el siglo XXI, así como al fascismo de principios del XX, o al absolutismo español del XIX, o a la contrarreforma religiosa de los siglos XVI y XXVII.