Miguel Espigado on Nostr: Otra cosa evidente al estudiar nuestra literatura del pasado es que la cultura de ...
Otra cosa evidente al estudiar nuestra literatura del pasado es que la cultura de entretenimiento queda desfasada de forma mucho más rápida y tajante.
Las obras que permanecen no suelen ser las que más divertía al público de la época. Sí eran populares porque, de lo contrario, no se hubieran conservado hasta nuestros días, pero había otras que lo eran mucho más de las que hoy no queremos ni oír hablar.
Más o menos todos tenemos claro por qué una obra maestra prevalece en el tiempo. Lo que no creo que nos hayamos preguntado tanto es por qué la cultura de entretenimiento es tan efímera y coyuntural a su momento de aparición.
O dicho de otro modo, ¿por qué evoluciona tan deprisa y de forma tan radical lo que nos entretiene, lo que nos hace pasar el rato? ¿Por qué las obras más "comerciales" quedan obsoleto tan rápido?
La única explicación que le encuentro es que la la cultura comercial o de entretenimiento, en realidad, está tan cargada de ideologías dominantes y convencionalismos, que resulta infumable en cuanto la sociedad evoluciona un mínimo desde su punto de origen.
En cuanto el público deja de sentirse cómplice con el sistema de valores que apuntala, se crea el distanciamiento. Y ahí se acaba la diversión.
Las obras que permanecen no suelen ser las que más divertía al público de la época. Sí eran populares porque, de lo contrario, no se hubieran conservado hasta nuestros días, pero había otras que lo eran mucho más de las que hoy no queremos ni oír hablar.
Más o menos todos tenemos claro por qué una obra maestra prevalece en el tiempo. Lo que no creo que nos hayamos preguntado tanto es por qué la cultura de entretenimiento es tan efímera y coyuntural a su momento de aparición.
O dicho de otro modo, ¿por qué evoluciona tan deprisa y de forma tan radical lo que nos entretiene, lo que nos hace pasar el rato? ¿Por qué las obras más "comerciales" quedan obsoleto tan rápido?
La única explicación que le encuentro es que la la cultura comercial o de entretenimiento, en realidad, está tan cargada de ideologías dominantes y convencionalismos, que resulta infumable en cuanto la sociedad evoluciona un mínimo desde su punto de origen.
En cuanto el público deja de sentirse cómplice con el sistema de valores que apuntala, se crea el distanciamiento. Y ahí se acaba la diversión.