Miguel Espigado on Nostr: Estudiando la literatura y la historia del pasado a veces toca resignificar cosas. ...
Estudiando la literatura y la historia del pasado a veces toca resignificar cosas. Hoy, por ejemplo, pienso en la defensa de la virginidad como una lucha feminista.
En principio, nada más antitético para nuestros oídos. Que las mujeres debieran permanecer vírgenes hasta el matrimonio han sido los barrotes de la cárcel del patriarcado.
Sin embargo, en un mundo bestial regido por la ley del más fuerte, a menudo por la vía de la violencia directa, pensemos que la única manera que tenían las mujeres de protegerse de la violación sistemática era con ideología. Es decir, promoviendo un sistema de valores que convirtiera en el máximo tabú el desvirgar a una mujer fuera del matrimonio.
Hablamos de un momento en que una violación dejaba mucho más que un trauma psicológico. Un parto te podía matar. Y una mujer dedicada a la crianza y debilitada por el ciclo de partos y embarazos, necesitaba una estructura familiar estable detrás para obtener los recursos que necesitaba.
Si las opciones son violación, muerte en el parto o pobreza extrema, lo de defender la virginidad hasta el matrimonio empieza a sonar más feminista.
El problema es cuando la sociedad evoluciona, y ese tabú se vacía por completo de sentido y utilidad para ellas. Y ya solo es una rémora irracional y humillante del poder machista.
En principio, nada más antitético para nuestros oídos. Que las mujeres debieran permanecer vírgenes hasta el matrimonio han sido los barrotes de la cárcel del patriarcado.
Sin embargo, en un mundo bestial regido por la ley del más fuerte, a menudo por la vía de la violencia directa, pensemos que la única manera que tenían las mujeres de protegerse de la violación sistemática era con ideología. Es decir, promoviendo un sistema de valores que convirtiera en el máximo tabú el desvirgar a una mujer fuera del matrimonio.
Hablamos de un momento en que una violación dejaba mucho más que un trauma psicológico. Un parto te podía matar. Y una mujer dedicada a la crianza y debilitada por el ciclo de partos y embarazos, necesitaba una estructura familiar estable detrás para obtener los recursos que necesitaba.
Si las opciones son violación, muerte en el parto o pobreza extrema, lo de defender la virginidad hasta el matrimonio empieza a sonar más feminista.
El problema es cuando la sociedad evoluciona, y ese tabú se vacía por completo de sentido y utilidad para ellas. Y ya solo es una rémora irracional y humillante del poder machista.