Baltimore on Nostr: Hay una costumbre en los pueblos fascinante: preocuparse por otras personas de ...
Hay una costumbre en los pueblos fascinante: preocuparse por otras personas de corazón -importante detalle- y a la vez pretendiendo que se sepa, que trasciendan tu inquietud y buenos deseos.
Ya rondamos la década de esto. Tenía yo a una familiar hospitalizada por una infección interna -una bolsa de pus en una zona complicada de drenar para evitar que se rompiera y fastidiara a los órganos adyacentes- que había que tratar con mucho cuidado. Terminó bastante bien, eso sí, tras más de media docena de cirugías y meses agobiantes e interminables. Recuerdo a un par de señoras del pueblo, conocidas agradables conmigo y con mi madre, que me detuvieron por la calle para interesarse por el asunto. Hasta ahí todo correcto y yo agradecida. El quid fue que al despedirnos no se cortaron en encomendarme que dijese a mi madre y mi tía que habían preguntado por la enferma. Me hizo mucha gracia. Recuerdo que a mi madre también, nos sacaron una sonrisa una tarde de hospital mientras nos poníamos al día.
Ya rondamos la década de esto. Tenía yo a una familiar hospitalizada por una infección interna -una bolsa de pus en una zona complicada de drenar para evitar que se rompiera y fastidiara a los órganos adyacentes- que había que tratar con mucho cuidado. Terminó bastante bien, eso sí, tras más de media docena de cirugías y meses agobiantes e interminables. Recuerdo a un par de señoras del pueblo, conocidas agradables conmigo y con mi madre, que me detuvieron por la calle para interesarse por el asunto. Hasta ahí todo correcto y yo agradecida. El quid fue que al despedirnos no se cortaron en encomendarme que dijese a mi madre y mi tía que habían preguntado por la enferma. Me hizo mucha gracia. Recuerdo que a mi madre también, nos sacaron una sonrisa una tarde de hospital mientras nos poníamos al día.