Nosti on Nostr: Esta tarde he estado caminando por el pueblo unos minutos. Estaba lleno de gente, ...
Esta tarde he estado caminando por el pueblo unos minutos. Estaba lleno de gente, luces de navidad (ya, en noviembre) y comercios. No es un pueblo pequeño, pero tampoco es grande. Hay parques, hay algunas calles empedradas y hay terrazas de bares ocupando espacio público. Pero sobre todo (citando a nprofile1qy2hwumn8ghj7un9d3shjtnddaehgu3wwp6kyqpq77pljjygtnl744pkwsjjgd953dudarsjd2xck44g8m8lyv33r5pq0avyl2 (nprofile…vyl2)) hay gente hablando sin parar por todas partes. Un parloteo agotador.
En un momento dado he mirado alrededor y he caído en la cuenta que yo era la única persona que estaba a solas.
No es nada nuevo en mí, al menos no en mis últimos 20 años.
Ha pasado un coche de la policía con las luces azules parpadeando a mi lado y me he sentido culpable inmediatamente. No he tenido ninguna duda que me buscaban precisamente a mí. Me he visto apaleado contra el capó del coche y con grilletes en mis muñecas. En mi cabeza, hoy, y por alguna razón que escapa a cualquier raciocinio (o no), eso tenía una lógica aplastante. Me he preparado para esa situación. Sin embargo el coche patrulla ha seguido su camino y yo no he entendido absolutamente nada.
No he podido más, algo en mi cerebro ha hecho crack. Un crack más fuerte del habitual. Si hubiese habido alguien a mi lado estoy seguro que lo habría oído. TODO me ha superado (y TODO significa TODO, desde el día que nací hasta hoy). He entrado en un supermercado y he comprado un pack de 6 cervezas.
Ya no quería huir de las luces de la policía, solo necesitaba huir de mí mismo.
Me he alejado del centro del pueblo y me he sentado en un banco de las afueras a beberlas lo más deprisa que he podido. hasta que las manos se me han quedado congeladas.
Pensaba que me emborracharía antes pero por lo que parece mi mente ni siquiera me concede ese descanso.
He vuelto a casa y me ha parecido un auténtico milagro surgido del puto antiguo testamento que el portal siguiera allí, en el mismo lugar de siempre, y aún más que las llaves abrieran la puerta de mi piso.
En un momento dado he mirado alrededor y he caído en la cuenta que yo era la única persona que estaba a solas.
No es nada nuevo en mí, al menos no en mis últimos 20 años.
Ha pasado un coche de la policía con las luces azules parpadeando a mi lado y me he sentido culpable inmediatamente. No he tenido ninguna duda que me buscaban precisamente a mí. Me he visto apaleado contra el capó del coche y con grilletes en mis muñecas. En mi cabeza, hoy, y por alguna razón que escapa a cualquier raciocinio (o no), eso tenía una lógica aplastante. Me he preparado para esa situación. Sin embargo el coche patrulla ha seguido su camino y yo no he entendido absolutamente nada.
No he podido más, algo en mi cerebro ha hecho crack. Un crack más fuerte del habitual. Si hubiese habido alguien a mi lado estoy seguro que lo habría oído. TODO me ha superado (y TODO significa TODO, desde el día que nací hasta hoy). He entrado en un supermercado y he comprado un pack de 6 cervezas.
Ya no quería huir de las luces de la policía, solo necesitaba huir de mí mismo.
Me he alejado del centro del pueblo y me he sentado en un banco de las afueras a beberlas lo más deprisa que he podido. hasta que las manos se me han quedado congeladas.
Pensaba que me emborracharía antes pero por lo que parece mi mente ni siquiera me concede ese descanso.
He vuelto a casa y me ha parecido un auténtico milagro surgido del puto antiguo testamento que el portal siguiera allí, en el mismo lugar de siempre, y aún más que las llaves abrieran la puerta de mi piso.