Miguel Espigado on Nostr: Estoy editando el segundo capítulo de mi nuevo podcast "El cura y el barbero", en el ...
Estoy editando el segundo capítulo de mi nuevo podcast "El cura y el barbero", en el que yo y mi amigo Alberto comentamos obras de la literatura española.
Es mi primer podcast radiofónico, producido como un falso directo en el que locutamos un guión intentando que parezca fresco y espontáneo.
Y lo parece. Y es fácil. Y nos hace parecer muy listos porque de nuestras bocas sale un discurso más ocurrente, gracioso y coherente del que jamás podríamos improvisar, pero dicho con un aire conversacional que hace parecer que nos sale así espontáneamente.
Eso me da que pensar que mucha de la fascinación que nos provocan comediantes, periodistas, actrices, presentadores, cantantes, etc, etc, no es más que un fallo de cálculo de nuestro pobre cerebro de simio:
Y que esas estrellas mediáticas son, sobre todo, maestras/os de FINGIR ESPONTANEIDAD mientras ejecutan un guion híper procesado, a menudo por equipos enteros de personas que no son ellos: coreografías, composiciones, interpretaciones, chistes, teorías… Todo sale de sus bocas y es articulado por sus cuerpos de tal modo que parece fresquísimo, pura vida, pura personalidad en vivo, cuando en verdad es una elaboración con docenas o incluso cientos de hora de trabajo detrás.
Nuestro yo racional sabe que es así, claro. Sabe que leen, que ensayan, etc. Pero el que se enamora de estas genias de la fake espontaneidad es nuestro simio interior. A ese se la cuelan hasta el fondo.
Es mi primer podcast radiofónico, producido como un falso directo en el que locutamos un guión intentando que parezca fresco y espontáneo.
Y lo parece. Y es fácil. Y nos hace parecer muy listos porque de nuestras bocas sale un discurso más ocurrente, gracioso y coherente del que jamás podríamos improvisar, pero dicho con un aire conversacional que hace parecer que nos sale así espontáneamente.
Eso me da que pensar que mucha de la fascinación que nos provocan comediantes, periodistas, actrices, presentadores, cantantes, etc, etc, no es más que un fallo de cálculo de nuestro pobre cerebro de simio:
Y que esas estrellas mediáticas son, sobre todo, maestras/os de FINGIR ESPONTANEIDAD mientras ejecutan un guion híper procesado, a menudo por equipos enteros de personas que no son ellos: coreografías, composiciones, interpretaciones, chistes, teorías… Todo sale de sus bocas y es articulado por sus cuerpos de tal modo que parece fresquísimo, pura vida, pura personalidad en vivo, cuando en verdad es una elaboración con docenas o incluso cientos de hora de trabajo detrás.
Nuestro yo racional sabe que es así, claro. Sabe que leen, que ensayan, etc. Pero el que se enamora de estas genias de la fake espontaneidad es nuestro simio interior. A ese se la cuelan hasta el fondo.